La respuesta a esto, creo yo, es que nuestra cosmovisión funciona como
mapa de carreteras. Nos orienta en el mundo en general, nos da un sentido de lo que está
arriba y de lo que está abajo, de lo que es correcto y de lo que es incorrecto en la confusión
de eventos y fenómenos que nos confrontan. Nuestra cosmovisión moldea, en un grado
significativo, la manera como evaluamos los eventos, asuntos y estructuras de nuestra
civilización y nuestros tiempos. Nos permite “ubicar” o “situar” los varios fenómenos que
aparecen en nuestro ámbito de acción. Claro que otros factores juegan un papel en este
proceso de orientación (el interés propio psicológico o económico, por ejemplo), pero estos
otros factores no eliminan el rol rector de la cosmovisión propia; a menudo precisamente
ejercen su influencia
Una de las características únicas de los seres humanos es que no podemos funcionar sin
el tipo de orientación y guía que ofrece una cosmovisión. Necesitamos orientación porque
somos, ineludiblemente, criaturas con responsabilidad, quienes por naturaleza somos
incapaces de tener opiniones puramente arbitrarias o de tomar decisiones totalmente
carentes de principios. Necesitamos algún credo por el cual vivir, algún mapa por el cual
trazar nuestro curso. La necesidad de una perspectiva de dirección es básica para la vida
humana, quizás más básica que el alimento o el sexouna guía para nuestra vida. Una cosmovisión, aún cuando sea medio inconsciente y poco articulada, funciona como una brújula o como una través de nuestra perspectiva de la vida.
pinche puto me gustoo
ResponderEliminarMuy bueno, continúa.
ResponderEliminar